Afrodescendientes en Durango, presentes desde la época colonial
Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en el estado de Durango residen 17,311 personas afrodescendientes, de las cuales el 50% son mujeres. Estas mujeres, en muchos casos, enfrentan múltiples niveles de pobreza, lo que incrementa su vulnerabilidad a sufrir violaciones de sus derechos debido a su origen racial, su género y su situación económica.
La maestra Julieta Hernández Camargo destaca que desde la fundación de la ciudad de Durango ya existía una cantidad considerable de personas afrodescendientes. Este fenómeno no es exclusivo de Durango, pues otros estados cercanos, como Zacatecas, también albergan minorías afrodescendientes. Sin embargo, estas poblaciones siguen siendo minoritarias y, a menudo, marginadas.
Las mujeres afrodescendientes en Durango enfrentan una vulnerabilidad multidimensional. La pobreza afecta su acceso a servicios básicos como educación, salud y vivienda, lo que perpetúa un ciclo de desventajas. Además, su origen racial las expone a discriminación y prejuicios, tanto en el ámbito laboral como en el social. Esta situación se agrava por el hecho de ser mujeres, lo que las coloca en una posición aún más precaria dentro de una sociedad que, en muchos casos, sigue siendo patriarcal y desigual.
Desde la época de la fundación de Durango, la presencia afrodescendiente ha sido significativa. Durante el periodo colonial, muchos afrodescendientes llegaron a la región como resultado del comercio transatlántico de esclavos. A pesar de su contribución al desarrollo de la ciudad y el estado, esta población ha permanecido en gran medida invisibilizada y subrepresentada en la narrativa histórica oficial. La situación actual de los afrodescendientes en Durango refleja esta historia de marginalización y exclusión.
La lucha por la equidad y el reconocimiento de los derechos de los afrodescendientes en Durango enfrenta varios retos. La discriminación racial y de género sigue siendo una barrera importante. A nivel institucional, es crucial implementar políticas públicas que aborden estas desigualdades y promuevan la inclusión social y económica de esta población. La educación y la sensibilización sobre la diversidad cultural y racial también juegan un papel fundamental en la transformación de actitudes y comportamientos discriminatorios.
Para mejorar la situación de las mujeres afrodescendientes en Durango, es vital adoptar un enfoque integral que aborde las múltiples dimensiones de su vulnerabilidad. Esto incluye el diseño e implementación de programas específicos para combatir la pobreza, garantizar el acceso a la educación y a la atención médica de calidad, y proteger sus derechos laborales. Asimismo, es esencial fomentar un entorno que promueva el respeto y la valoración de la diversidad cultural y racial.