En enero de 2015 entró en vigor la normativa aprobada por el Senado mexicano que prohíbe la utilización de animales silvestres en los espectáculos de los circos en México. Esta normativa marcó un hito en la dignificación de los derechos de los animales en el país. La prohibición buscaba poner fin a las condiciones de maltrato y explotación que estos animales sufrían en los circos, sin embargo, su implementación trajo consigo varios problemas no previstos.
La Ciudad de México dio otro paso significativo en la protección de los animales a principios de 2023, cuando se aprobó una reforma a la Constitución Política que reconoce a los animales como "seres sintientes" y establece que deben recibir trato digno. Esta reforma refuerza el compromiso del país con la protección y el bienestar animal, al reconocer legalmente su capacidad de sentir y sufrir.
La retirada de animales silvestres de los circos en 2015, aunque bien intencionada, resultó en muchas dificultades. Muchos animales no encontraron hogares adecuados y murieron en condiciones desfavorables, evidenciando la falta de planificación y recursos necesarios para asegurar su bienestar tras la prohibición. Este episodio subraya la importancia de diseñar políticas integrales que consideren todos los aspectos del bienestar animal.
En el estado de Durango, todavía es común ver equinos utilizados para el transporte de materiales o personas en las calles. A diferencia de los animales silvestres en circos, los caballos y otros animales de trabajo aún no han sido completamente protegidos bajo las nuevas normativas. En otros estados, asociaciones civiles han trabajado en conjunto con el gobierno para mejorar el bienestar de estos animales, alineándose con los estándares establecidos por la ONU.
El dilema actual en Durango y otros lugares es decidir entre regular el uso de caballos o retirarlos de las calles. Esta discusión enfrenta a quienes ven la regulación como un paso necesario para garantizar la salud y el bienestar de los equinos, y aquellos que abogan por su completa retirada para eliminar cualquier forma de explotación animal. Los especialistas sugieren que un escenario ideal sería comenzar con una regulación estricta que asegure el bienestar de los animales, seguida de un plan gradual para retirarlos de las calles. Esta transición debe incluir soluciones viables para los dueños de los animales, evitando afectar negativamente sus medios de vida.
El reconocimiento de los animales como seres sintientes en la Constitución de la Ciudad de México y la prohibición del uso de animales silvestres en circos son pasos importantes hacia la protección y dignificación de los derechos de los animales en México. Sin embargo, estos avances deben ir acompañados de políticas y recursos que aseguren su implementación efectiva y sostenible, considerando siempre el bienestar tanto de los animales como de las personas involucradas en su cuidado y manejo.