La inflación ha tenido un impacto significativo en el bolsillo de los mexicanos, especialmente en los productos de la canasta básica como el tomate y la cebolla, cuyos precios han aumentado entre un 20% y un 200%. El Banco de México informa que la inflación ha alcanzado el 4.78%, superando la meta del 4.16% para el primer semestre y alejándose del 4.02% proyectado para todo 2024. Este incremento ha afectado especialmente a las amas de casa.
Alejandro Pérez, locatario del Mercado Gómez Palacio, ha notado que muchos productos de la canasta básica han experimentado aumentos de más del 100%. Por ejemplo, el aguacate ha subido un 144% y el tomate un 302%. A pesar de estos incrementos, algunos productos siguen siendo comprados regularmente. Las bebidas azucaradas, a pesar de su impacto negativo en la salud, continúan siendo consumidas debido a la costumbre y adicción. Algunas familias, se ha detectado, consumen hasta 6 litros de refresco diariamente, lo que impacta directamente en su salud
Esta situación refleja los malos hábitos alimenticios que predominan en muchas familias mexicanas, donde las preferencias por alimentos poco saludables prevalecen sobre frutas y verduras, a pesar de los aumentos de precios. Este patrón de consumo tiene consecuencias directas en la salud, contribuyendo a la prevalencia de diversas enfermedades.
La inflación no solo afecta la economía, sino también la calidad de vida y la salud de los ciudadanos. La persistencia de malos hábitos alimenticios, a pesar de los aumentos de precios, subraya la necesidad de promover una educación nutricional más efectiva y políticas públicas que incentiven el consumo de alimentos saludables. Mientras tanto, la inflación continúa siendo un desafío para la estabilidad económica de las familias mexicanas y su bienestar general.