La automedicación es una práctica extendida en Durango y en todo México, pero a pesar de su aparente conveniencia, representa un riesgo latente para la salud de miles de personas. Este fenómeno ha ido en aumento en los últimos años debido a factores como la fácil disponibilidad de medicamentos, la falta de acceso a servicios médicos adecuados, y la desinformación. El Doctor Luis Salgado, especialista en medicina familiar, aseguró que este mala costumbre representa para los médicos un problema mayor, dado que la mayoría de los pacientes que acuden a consulta se presenta automedicado, lo que dificulta la valoración y detección del padecimiento. Consideró que esta situación es un grave problema de salud pública.
Un tipo de automedicación muy común son los remedios caseros; en Durango y otras regiones del país, muchas personas recurren a soluciones caseras para aliviar malestares leves, no siempre son seguros ni están respaldados por evidencia científica y pueden interferir con tratamientos médicos convencionales, así como causar reacciones adversas si se emplean incorrectamente, principalmente entre diabéticos e hipertensos quienes son los que con mayor frecuencia tienden a automedicarse.
Los riesgos de la automedicación son múltiples y preocupantes. El uso sin control de medicamentos puede desencadenar una serie de problemas graves como resistencia a los antibióticos que es uno de los efectos más alarmantes, le sigue la dependencia y adicción a medicamentos y por último complicaciones en enfermedades crónicas y daño a órganos vitales.
Esta mala práctica no es un fenómeno exclusivo de México, sino un problema global. La Organización Mundial de la Salud estima que cada año mueren aproximadamente 700,000 personas en todo el mundo debido a enfermedades relacionadas con la resistencia a los antibióticos y proyecta que para el año 2050 esta cifra podría alcanzar los 10 millones de muertes anuales, convirtiéndola en la principal causa de mortalidad. En México, más del 80% de la población se automedica, ya sea por iniciativa propia o por consejo de familiares y amigos, sin ninguna indicación médica.
Estos factores muestran cómo la automedicación es una problemática tanto económica como de salud y la urgencia de estrategias públicas para reducir sus efectos a largo plazo. Las recomendaciones para reducir la automedicación pueden ser la educación en salud, fortalecer campañas informativas sobre los riesgos de la automedicación y el uso adecuado de antibióticos para evitar resistencias, el acceso a servicios de salud, aumentar la accesibilidad de consultas médicas y tal vez la más importante la regulación de la venta de medicamentos: