La Ley General de Responsabilidades Administrativas es clara: los servidores públicos no pueden recibir obsequios de ningún tipo. Sin embargo, esta normativa se ha puesto en el centro del debate en Durango tras el reciente concierto de Black Eyed Peas, un evento que, según se ha informado, fue regalado al gobernador del estado por un donante anónimo del medio del espectáculo. Incluso, el mismo mandatario afirmaba en un comunicado vía redes sociales que: "Más vale tener amigos que dinero".
El concierto, cuyo costo se estima en 12 millones de pesos, según reportes de la Feria Nacional de San Marcos, ha generado tanto entusiasmo como controversia. La presentación fue ofrecida de manera gratuita al público, lo que llevó a muchos duranguenses a hacer fila desde la madrugada para asegurar un buen lugar. Sin embargo, la procedencia del regalo y la manera en que se gestionó despiertan dudas sobre la legalidad de la situación.
El hecho de que un servidor público acepte un obsequio tan costoso, aunque sea para beneficiar a la comunidad, podría contravenir la ley. La Secretaría de la Función Pública, en un documento publicado en julio de 2017, establece que a partir de esa fecha, la prohibición de recibir regalos es absoluta para cualquier servidor público. Esto plantea la posibilidad de que el gobernador haya incurrido en una falta al aceptar y luego transferir el concierto como un "regalo" para el pueblo de Durango.
Mientras miles de personas disfrutan del espectáculo, la cuestión de si este evento violó alguna norma sigue en el aire. La transparencia en la gestión de recursos públicos y la integridad de las acciones gubernamentales están bajo escrutinio, y las repercusiones legales podrían no tardar en manifestarse si se determina que hubo alguna irregularidad en este caso.