La quema de ladrillo a cielo abierto en la ciudad se ha convertido en una seria problemática ambiental, debido a las emisiones contaminantes que afectan la calidad del aire y, en consecuencia, la salud de la población. Actualmente, en Durango existen alrededor de 250 ladrilleras, muchas de las cuales continúan utilizando métodos tradicionales de quema que generan altos niveles de humo y partículas nocivas.
Para inhibir esta práctica, el Departamento Municipal de Medio Ambiente ha intensificado operativos para clausurar las ladrilleras que siguen quemando de forma irregular. De acuerdo con el director municipal, Albino Ponce Barrón, hasta el momento se han clausurado cuatro ladrilleras y derribado otras 35, y ya se tiene una lista de varias más que serán clausuradas en los próximos días. "No les digo la cantidad, pero ya tenemos varias que se van a clausurar", afirmó.
Ponce Barrón explicó que la intención no es frenar la producción de tabiques, sino erradicar el proceso de quema en zonas no autorizadas. "La gente puede seguir trabajando y laborando sus tabiques, pero quemarlos en otro lugar. Ya les ofrecimos el Parque Industrial Ladrillero, y que ellos les transporten el ladrillo ya quemado", detalló.
Además, recalcó que no se contempla la reubicación de las ladrilleras dentro de la ciudad, pues la solución propuesta es canalizar la producción hacia un espacio controlado donde se pueda minimizar el daño ambiental.
Con estas acciones, el gobierno municipal busca proteger el medio ambiente sin frenar la actividad productiva, ofreciendo alternativas que permitan continuar con el trabajo, pero bajo condiciones que no afecten a la población ni al entorno.