Cerca de dos mil duranguenses son invidentes o débiles visuales y desgraciadamente la infraestructura más que un simple transitar representa un riesgo día con día; esto por las malas condiciones de las calles, en donde para quienes las conocen representan algo usual ya que están en su memoria sin embargo para quienes no son un peligro dado que pueden llegar a lastimarse.
El llamado a la autoridad es para crear políticas públicas que consideren a todos los sectores de la población en igualdad y respeto; así como a que se creen las condiciones necesarias para que quienes sufren de alguna discapacidad puedan vivir seguros y transitar libremente.
Y como ciudadanos debemos empatizar y recordar que nadie está exento a esto Ángel Valles quien es invidente nos hace una invitación.
Seamos solidarios y esperemos que las calles ya no sean un reto para los invidentes.