Los cambios de temperatura que se han estado registrando en la capital pueden tener un impacto significativo en la salud de los menores. Según el médico pediatra Marco Antonio Aguilar, es fundamental estar atentos a cualquier variación en el comportamiento de los niños, ya que un cambio de ánimo puede ser una señal de que algo no anda bien. Los padres y cuidadores deben estar particularmente vigilantes durante estos periodos de fluctuación climática, ya que los niños son especialmente vulnerables a las alteraciones del entorno.
El Dr. Aguilar subraya la importancia de mantener a los niños adecuadamente hidratados. El agua es esencial para el funcionamiento óptimo del cuerpo, y en días de calor extremo, la necesidad de líquidos aumenta significativamente. Los niños tienden a deshidratarse más rápido que los adultos, por lo que es crucial ofrecerles agua con frecuencia y asegurarse de que consuman suficientes líquidos durante el día. No se debe esperar a que los niños pidan agua; es mejor adelantarse y ofrecerla regularmente.
Además de la hidratación, la alimentación juega un papel crucial en el mantenimiento de la salud infantil durante estos cambios de temperatura. El pediatra recomienda una dieta equilibrada y rica en nutrientes, que incluya una variedad de frutas y verduras frescas. Estos alimentos no solo proporcionan las vitaminas y minerales necesarios para el crecimiento y desarrollo, sino que también ayudan a mantener el sistema inmunológico fuerte, lo cual es esencial para combatir cualquier enfermedad que pueda surgir debido a las fluctuaciones climáticas.
El Dr. Aguilar también aconseja a los padres que observen de cerca el comportamiento de sus hijos. Si un niño muestra signos de fatiga, irritabilidad, pérdida de apetito o cualquier otro cambio inusual en su comportamiento, es importante buscar atención médica. Estos síntomas pueden ser indicativos de deshidratación, golpe de calor o alguna otra condición médica que requiera intervención.
Además, es recomendable que los niños vistan ropa adecuada según la temperatura. En días calurosos, deben usar ropa ligera y transpirable, mientras que en días fríos es importante abrigarlos adecuadamente para evitar resfriados y otras enfermedades respiratorias. Proteger a los niños del sol directo y asegurar que tengan un lugar fresco donde puedan refugiarse durante las horas más calurosas del día es igualmente importante.
Los cambios bruscos de temperatura también pueden afectar el sistema respiratorio de los niños, provocando enfermedades como resfriados y gripe. Por ello, es esencial que los padres mantengan las áreas donde juegan y duermen los niños bien ventiladas y limpias. El uso de humidificadores puede ser útil para mantener la humedad adecuada en el aire, especialmente en climas secos.