Desde 2020, el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) a nivel estatal puso en marcha el programa Casas de Acogida que busca brindar un hogar temporal a niños institucionalizados, es decir, cuya custodia pasó a manos del Estado
Luis Montoya, representante del programa, detalló que a raíz de un estudio que realizó el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), junto con la Red Latinoamericana de Acogimiento Familiar se detectó que las niñas, niños y adolescentes que viven en casas de asistencia tienen un retraso en su neurodesarrollo de cuatro meses por cada año de estancia.
"El segundo dato como estadístico arroja que los niños que están en una institución, el día que salen tienen el 80 por ciento de posibilidades de volver a sufrir el delito por el cual fueron vulnerados en su momento", narró.
Además, los niños que viven en Centros de Asistencia Social no desarrollan ciertas conexiones cerebrales que sí tienen los niños, niñas y adolescentes que crecen en una familia.
También se detectó que una vez que son mayores de edad, los hijos de niñas, niños que han sido institucionalizados terminan en casas de asistencia en un 80 por ciento de los casos, informó Luis Montoya.
Es por ello, que se buscó una alternativa para estos menores y fue así que nació el programa de acogida, que actualmente tiene en su cartera unas 40 familias y más de un centenar de niñas, niños y adolescentes han sido acogidos en estos cuatro años.
Los resultados han sido exitosos. En casos en los que los menores están apoyados por un esquema de paidopsiquiatría, se ha logrado disminuir el número de fármacos que soportan los tratamientos, además de mejorar sus niveles de desarrollo a nivel neurológico.
Y es que las autoridades reconocen que, si bien se cuenta con un equipo multidisciplinario que atiende las necesidades de las y los niños, así como de los adolescentes, pero esto no se compara a la estructura amorosa que brinda una familia.