Ante las extremas temperaturas que se viven en Durango todos son vulnerables a padecer ciertas enfermedades o sufrir por el calor pero en distinta medida. Entre los factores que influyen están los económicos, sociales y fisiológicos. Tal es el caso de una pareja de 65 años que vive en la colonia informal Fabían Zuñiga por Boulevard Primo de Verdad.
Ellos viven en una pequeña casa de 5 metros cuadrados aproximadamente, con techos y paredes de lámina, madera y cartón, lo que ocasiona que el calor se sienta más intenso. Compraron un enfriador evaporativo de segunda para hacerle frente al calor, riegan su piso de tierra constantemente para refrescar el ambiente y cuando el sol se oculta un poco salen de sus casas para tomar aire fresco.
Esta vivienda no cuenta con ninguna ventana, por el temor que tiene la pareja de ser robada, ya que hace dos años fueron víctimas de la delincuencia de la zona. Entraron a su casa y estaba vacía, se llevaron su licuadora, ropa y otras pertenencias, así que prefieren aguantar el calor que abrir alguna ventana u otra entrada de aire que les permita refrescar la habitación.
A sólo unas casas vive María, una mujer de 73 años, su hogar está en construcción, instaló dos sillas fuera de su casa junto a un árbol pequeño para salir y sentarse en la sombra ya que las temperaturas dentro de su casa son más fuertes que afuera, prepara botellas con agua y las pone dentro de su congelador para estar constantemente hidratada.
Hay sectores de la población que son más vulnerables ante estás condiciones climáticas como las personas sin acceso constante a una vivienda o quienes tienen viviendas de materiales endebles.