Dos tráileres colisionaron esta tarde en el túnel "El Carrizo", ubicado en la supercarretera Durango-Mazatlán. El choque no solo provocó una paralización del tráfico en ambas direcciones, sino que también desencadenó una explosión, sumiendo a la zona en una situación de emergencia. Esto en pleno operativo de llegada de turistas a Durango para presenciar el eclipse total de sol, este lunes 8 de abril.
Caminos y Puentes Federales de Ingresos y Servicios Conexos (CAPUFE), la autoridad encargada del mantenimiento y operación de esta vía, ha confirmado la suspensión de la circulación vehicular en ambos sentidos, mientras los equipos de emergencia trabajan arduamente para contener las consecuencias del accidente y reabrir la carretera lo antes posible.
Este accidente ha vuelto a exponer la vulnerabilidad de esta ruta de transporte clave, no solo por el choque y la subsiguiente explosión sino también por los actos de rapiña que siguieron. Testigos en el lugar informaron que uno de los tráileres transportaba sandías, mercancía que fue rápidamente saqueada por transeúntes, evidenciando una vez más la falta de civismo en momentos críticos.
La información detallada sobre las causas del accidente y el estado de mas víctimas aún está pendiente de divulgación. Sin embargo, este incidente nos recuerda trágicamente un suceso ocurrido hace un año en un túnes de la misma vía, donde un accidente vehicular resultó en el incendio de un automóvil, llevándose la vida del padre de familia al volante y de uno de sus hijos, que intentó salvarlo. Este hecho debería haber servido como un llamado de atención para CAPUFE sobre la necesidad de implementar mejoras significativas en la seguridad de la supercarretera Durango-Mazatlán.
La comunidad espera ahora no solo una explicación completa de las causas detrás de este último incidente sino también acciones concretas que aseguren la seguridad de los viajeros. La frecuencia de estos sucesos no puede ser vista como meras estadísticas; cada incidente es un recordatorio de las vidas que están en juego y la responsabilidad compartida de garantizar un viaje seguro para todos.