El Día de Muertos de este año ha estado marcado por una preocupante baja en las ventas para los comerciantes que se ubicaron alrededor del panteón de Oriente, el más antiguo y emblemático de la ciudad. A pesar de que se reportaron aproximadamente 150,000 visitantes en este icónico lugar, los cerca de 900 vendedores que ofrecieron productos tradicionales han enfrentado un panorama desalentador.
Las expectativas eran altas, considerando la importancia cultural de esta festividad. Sin embargo, los comerciantes han señalado que las ventas han sido significativamente menores en comparación con años anteriores. Muchos se sintieron desalentados al ver que, aunque el flujo de visitantes era constante, el interés por adquirir productos como flores de cempasúchil, calaveras de dulce y otros artículos típicos no se tradujo en compras, por su parte los visitantes a dicho cementerio notaron un incremento considerable en lo que a flores se refiere, pues mencionaron que un pequeño ramo de flores el año pasado costaba cincuenta pesos, este año llegó hasta los cien pesos,
Factores como la inflación y el aumento de precios en los productos básicos han afectado el poder adquisitivo de las familias duranguenses, lo que se ha reflejado en la disminución del gasto durante esta celebración. Los comerciantes han expresado su preocupación, pues la situación actual limita las posibilidades de quienes buscan honrar a sus difuntos de manera significativa, a pesar de la multitud que se acercó al panteón.
Además, la competencia de tiendas y supermercados que ofrecen productos de temporada a precios más bajos ha hecho que los consumidores opten por alternativas más económicas. Esto ha generado un ambiente de incertidumbre entre los vendedores, muchos de los cuales han dependido históricamente de esta festividad para obtener ingresos importantes.
El Día de Muertos, aunque sigue siendo una tradición arraigada en la cultura de Durango, refleja este año una compleja realidad económica. A medida que los comerciantes observan las bajas ventas, la preocupación por el futuro se intensifica, dejando en el aire la pregunta de cómo adaptarse a un entorno cambiante y exigente.