En marzo de 2024, las ciudades con mayor porcentaje de población de 18 años y más que considera inseguro vivir en su ciudad fueron: Fresnillo (95.4 %), Naucalpan de Juárez (89.6 %), Zacatecas (89.3 %), Chilpancingo de los Bravo (87.3 %), Cuernavaca (87.0 %) y Ciudad Obregón (86.6 %). Estos datos reflejan una percepción generalizada de inseguridad que afecta significativamente la calidad de vida de los habitantes de estas localidades.
Muchos ciudadanos han tenido experiencias no muy gratas con los agentes de policía en las calles de la ciudad, lo que contribuye a la desconfianza hacia las autoridades encargadas de velar por la seguridad pública. Sin embargo, es importante reconocer que en las corporaciones policiales hay todo tipo de perfiles. Algunos ex integrantes de fuerzas castrenses y otros elementos bien capacitados trabajan con el objetivo de garantizar el bienestar de la ciudadanía, aunque el desafío es considerable debido a la percepción negativa que persiste.
En la actualidad, los tiempos han cambiado y se pone un énfasis cada vez mayor en la importancia de privilegiar los derechos humanos de las personas. Esto ha llevado a una evolución en los métodos y enfoques utilizados por las fuerzas policiales. No obstante, la confianza de los ciudadanos en la policía varía dependiendo del contexto. Algunos perciben un nivel de seguridad y confianza mayor, mientras que otros siguen siendo escépticos.
Varios factores han intervenido en esta percepción de seguridad. Algunos ciudadanos se sienten más tranquilos en las calles, aunque no tienen la certeza de si esto se debe a las acciones del gobierno o a una mayor cohesión social. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) de 2021, en el estado de Durango se denunciaron el 12.5 % de los delitos. De estos, el Ministerio Público o la Fiscalía Estatal inició una Carpeta de Investigación en el 57.1 % de los casos, mientras que en 2020 esta cifra fue del 68.3 %.
A pesar de los esfuerzos por mejorar la seguridad y la confianza en las autoridades, la percepción de inseguridad sigue siendo un problema significativo. Las experiencias personales y comunitarias juegan un papel crucial en cómo los ciudadanos ven a las fuerzas de seguridad. Es evidente que se necesita una combinación de medidas efectivas y un enfoque en los derechos humanos para cambiar esta percepción.
La inseguridad y la desconfianza en las autoridades policiales son problemas complejos que requieren un enfoque multifacético. A medida que las ciudades trabajan para mejorar sus estrategias de seguridad y fortalecer la relación entre la policía y la comunidad, es esencial seguir monitoreando y evaluando el impacto de estas iniciativas. Solo a través de un esfuerzo continuo y colaborativo se podrá lograr una mayor percepción de seguridad y bienestar para todos los ciudadanos.