La "cuesta de enero" es el término utilizado en América Latina para describir el conjunto de aumentos de precios, tarifas y tasas que ocurren al comienzo de cada año y que afectan la capacidad de compra de los consumidores.
Desde finales del año 2023, se anticipaba un incremento en los costos, y efectivamente, así fue. Por esta razón, las familias experimentaron un aumento en todos los precios, lo que generó un impacto significativo en su economía doméstica.
Muchas personas suelen sentir la falta de dinero en los primeros días del año debido a la "cuesta de enero", un fenómeno económico impulsado por dos factores principales: el mal manejo de las finanzas personales y el aumento de precios en algunos productos y servicios.
Este fenómeno se hace especialmente evidente para las madres de familia, quienes ven cómo, a pesar de comprar los mismos productos, gastan más dinero debido al incremento de precios. Incluso productos básicos como las tortillas pueden experimentar cambios en su precio, lo que impacta directamente en el presupuesto familiar.
Aunque muchos consideran que caer en la "cuesta de enero" es inevitable, la realidad es que este gasto llega todos los años y, por lo tanto, no debería ser inesperado. Los errores financieros comunes que se cometen a lo largo del año se vuelven más evidentes durante el último mes del año, lo que puede desencadenar problemas económicos significativos en enero siguiente.
Es importante reconocer la importancia de una gestión financiera adecuada durante todo el año para evitar las consecuencias negativas de la "cuesta de enero". Esto implica planificar y presupuestar de manera efectiva, evitar gastos innecesarios y buscar formas de ahorrar y gestionar mejor los recursos financieros disponibles.
Además, es fundamental fomentar la educación financiera y promover hábitos de consumo responsables entre la población, especialmente entre los grupos más vulnerables, para ayudar a mitigar el impacto de la "cuesta de enero" y mejorar la estabilidad financiera de las familias.