Denuncian fraude en placas de taxis de Gomez Palacio
Héctor Ramírez Sierra, Subsecretario de la Comisión de Transportes de la CTM en Gómez Palacio, ha destapado un gran fraude, una operación clandestina que socava el núcleo del sistema de transporte público. Con precisión, Ramírez Sierra expone la circulación no autorizada de 1,480 juegos de placas, revelando una red de taxis operando al margen de la ley bajo una aparente complicidad regulatoria.
El esquema operativo descrito por Ramírez Sierra es tanto ingenioso: concesionarios de taxis, en un ciclo de fraude continuo, reportan la pérdida de sus placas para, acto seguido, obtener un nuevo juego. Este proceso se repite varias veces, permitiendo que una única concesión amase hasta cuatro juegos de placas. Los costos de esta trampa fluctúan entre los 20,000 y los 80,000 pesos, dificultando así la estimación exacta del perjuicio económico que esta práctica representa.
Esta denuncia no solo destapa una vasta operación de fraude dentro del sector del transporte en Gómez Palacio, sino que también plantea serias interrogantes sobre la complicidad o negligencia de las autoridades encargadas de su regulación. El sistema, diseñado para asegurar un servicio de transporte confiable y legal, parece haber sido manipulado para beneficio de unos pocos, en detrimento de la legalidad y seguridad pública.
El caso pone de manifiesto la necesidad urgente de una revisión exhaustiva y reformas significativas dentro del marco regulatorio y de supervisión del transporte público. La confianza de los ciudadanos en las instituciones responsables de garantizar un servicio seguro y regulado está en juego.
Este escándalo, que se desarrolla en el corazón de Gómez Palacio, no solo exige una acción inmediata por parte de las autoridades competentes sino que también reclama un compromiso renovado con la transparencia y la justicia. La ciudadanía espera respuestas y medidas concretas que erradiquen estas prácticas fraudulentas, restableciendo así la integridad del sistema de transporte público. En este momento crucial, la voluntad política y la acción determinada son esenciales para restaurar la confianza en los servicios que mueven a la ciudad.