En el estado de Durango, el flujo de alumnos ha experimentado un notable aumento en los últimos años. Según datos oficiales proporcionados por la Secretaría de Educación Pública del estado, durante el ciclo 2022-2023, se registraron 333,188 alumnos en el nivel básico, que abarca desde preescolar hasta secundaria. En contraste, para el ciclo 2023-2024, esta cifra se elevó a 345,077 alumnos. La mayor disparidad se observó en el nivel de secundaria, donde se produjo un incremento de 5,954 alumnos durante el ciclo 2023-2024.
Sin embargo, llama la atención el hecho de que en el nivel de primaria se haya registrado una deserción de 510 alumnos en escuelas públicas, disminuyendo de 199,049 a 198,539 estudiantes. Resulta preocupante, especialmente porque cada vez es más común observar a menores de entre 8 y 13 años en las calles, precisamente el rango de edad correspondiente a este nivel educativo.
Desde el inicio de la pandemia, la educación ha tenido que adaptarse a las exigencias de la modernidad, pero también ha generado desafíos adicionales, especialmente en el ámbito de la salud mental, lo cual incide en la asistencia de los menores a las escuelas.
La falta de maestros en las instituciones educativas es otro problema que está afectando la continuidad de la educación. En muchas ocasiones, los padres de familia optan por retirar a sus hijos de las escuelas argumentando la falta de clases efectivas. El cambio repentino de escuela o de las actividades a las que los menores estaban habituados puede afectar su estado emocional, por lo que es crucial prestar atención a cualquier cambio en sus rutinas diarias.
La ausencia de un alumno durante uno o más días, o su asistencia intermitente, repercute negativamente en su proceso de aprendizaje, lo distancia del grupo y dificulta la dinámica de la clase. Las ausencias continuas suelen traducirse en bajos niveles de rendimiento académico y comprometen el desarrollo integral del estudiante.
Es esencial abordar estos desafíos de manera integral, promoviendo políticas educativas que garanticen la accesibilidad, la calidad y la equidad en la educación. Además, es necesario brindar apoyo tanto a los alumnos como a los docentes, fortaleciendo los recursos y las herramientas disponibles para asegurar un ambiente propicio para el aprendizaje y el desarrollo integral de los estudiantes.