El Camino Real de Tierra Adentro, una ruta histórica que se extendía por 2,560 kilómetros y atravesaba 11 estados, fue en su momento la mayor vía comercial terrestre del mundo. Con raíces que datan desde el año 1000 d.C., cuando las tribus nómadas ya comerciaban en lo que sería este recorrido, el camino se convirtió en una ruta vital para la expansión y la economía colonial. En 2010, la UNESCO lo declaró Patrimonio de la Humanidad, destacando su importancia histórica y cultural. Sin embargo, a 14 años de esa declaratoria, muchos de los sitios clave asociados a esta ruta se encuentran en evidente deterioro y abandono.
La ex hacienda de San Diego de Navacoyan es uno de los ejemplos más alarmantes, con estructuras en mal estado y falta de mantenimiento. Además, intervenciones recientes en la Catedral de Durango, como las reparaciones en sus bardas tras las pintas del 8 de marzo, han generado preocupación sobre el cumplimiento de los criterios de autenticidad y preservación exigidos por la UNESCO. Estos criterios incluyen la integridad del sitio, la autenticidad de sus elementos y la existencia de mecanismos efectivos de protección y gestión.
El Dr. Francisco Javier López Morales, quien fue director del INAH durante 30 años y asesor de la UNESCO por 20 años, expresó su preocupación en una reciente visita, señalando que Durango podría perder la declaratoria de Patrimonio de la Humanidad si no se toman medidas urgentes para proteger y restaurar estos monumentos. La situación actual refleja un abandono que amenaza con despojar a Durango de un reconocimiento por el que se luchó durante años y que debería ser motivo de orgullo y preservación. Es urgente que las autoridades actúen para evitar la pérdida de este importante legado cultural.