El 8 de julio de 1563, Francisco de Ibarra y su pequeño ejército fundaron la Villa de Durango. El nombre "Durango" proviene de un poblado en la provincia española de Vizcaya, lugar de nacimiento de Ibarra. Según datos aportados por Javier Guerrero, la villa se fundó con cerca de 100 habitantes.
Durango comenzó como una pequeña villa con pocos habitantes y escasas calles. Durante los primeros 400 años de existencia, la ciudad creció lentamente, en parte debido a los constantes ataques de los indígenas desplazados. En 1913, la ciudad fue destruida por completo por las fuerzas revolucionarias, lo que marcó un punto crítico en su historia.
A finales de los años 1960 y principios de 1970, se levantó la veda forestal y se construyeron el aeropuerto internacional y la ciudad industrial, lo que prometía un crecimiento industrial para la ciudad. Estos desarrollos fueron un indicio de un cambio significativo en la economía y la infraestructura de Durango.
Entre 2007 y 2012, la ciudad experimentó otra transformación importante al entrar de lleno en la era moderna, sentando las bases de la ciudad que conocemos hoy. Durante este periodo, se construyeron macro tanques de agua y edificios modernos, lo que contribuyó al desarrollo urbano y mejoró la calidad de vida de sus habitantes.
Durango alberga muchos edificios de gran importancia histórica a nivel nacional. Un ejemplo destacado es el multifamiliar Francisco Zarco, diseñado por Mario Pani, el arquitecto que también creó Ciudad Satélite en México. Este es solo uno de los muchos inmuebles en Durango que cuentan con una historia sorprendente y significativa.
A pesar de su larga historia, Durango sigue siendo una ciudad joven con un gran potencial para convertirse en un referente nacional. Los expertos señalan que Durango, una ciudad colonial tranquila y callada, tiene todo lo necesario para destacarse en el ámbito nacional.
Con motivo de su 461 aniversario, es importante reconocer y celebrar la rica historia y el crecimiento continuo de Durango. Desde su fundación por Francisco de Ibarra hasta su desarrollo en la era moderna, la ciudad ha demostrado una capacidad notable para adaptarse y evolucionar. Este aniversario es una oportunidad para reflexionar sobre el camino recorrido y para mirar hacia el futuro con optimismo, con la esperanza de que Durango continúe creciendo y prosperando, manteniendo su esencia histórica mientras se convierte en un modelo de desarrollo y progreso en México.