El reciente aumento en las tarifas del transporte público de Durango responde al incremento de los precios de la gasolina. Sin embargo, esto no resuelve los problemas que afectan diariamente a los usuarios, desde la falta de accesibilidad hasta el trato inadecuado por parte de los choferes. La diputada local Gabriela Vázquez Chacón enfatizó que el incremento tarifario debe ir acompañado de mejoras en las condiciones de seguridad de las unidades y en el trato digno hacia los usuarios, en especial estudiantes y personas con discapacidad.
El descontento ciudadano se centra en las quejas recurrentes por el servicio deficiente. Usuarios denuncian actitudes despóticas por parte de algunos choferes, que afectan principalmente a jóvenes estudiantes, y la falta de condiciones mínimas para que personas con discapacidad puedan utilizar el transporte con seguridad y comodidad. Estos problemas agravan la percepción negativa hacia un sistema de transporte que debería ser accesible para todos.
Además, aunque el ajuste tarifario podría generar ingresos adicionales, no parece suficiente para transformar significativamente el sistema actual. Tampoco acerca a la capital a la implementación de un transporte público eléctrico, una iniciativa prometida desde hace tiempo y que sigue sin concretarse.
La prioridad, según las voces ciudadanas y las declaraciones de Vázquez Chacón, debería centrarse en garantizar un servicio más eficiente, accesible y respetuoso. Si bien las tarifas deben respetarse, esto no será suficiente para cambiar la situación si no se implementan reformas estructurales y se invierte en infraestructura adecuada.
En Durango, el transporte público enfrenta desafíos urgentes que afectan a toda la población, y el reciente aumento de tarifas, lejos de resolverlos, evidencia la necesidad de un enfoque más integral y sostenible.
Este incremento da un revés a la propuesta que hizo el sindicato de "La Alianza", quienes pretendían que solo hubiera una sola tarifa, pues denunciaban abusos en las credenciales de estudiantes.