Duranguenses prefieren comprar en el comercio informal

El fenómeno del comercio informal se manifiesta de manera significativa en todo el país, alcanzando cifras que sugieren que hasta el 50% de las ventas totales provienen de esta modalidad. Tomando como ejemplo el sector de la ropa, se observa una tendencia marcada en la que muchas personas optan por adquirir prendas en lugares como tianguis o a través de vendedores que ofrecen sus productos a través de redes sociales. Aunque el precio se erige como uno de los principales motivadores de esta elección, existen otras razones que inciden en la preferencia por este tipo de comercio.

La atracción ejercida por el precio más bajo es innegable. Los productos ofertados en el comercio informal suelen presentar costos más accesibles en comparación con aquellos disponibles en establecimientos formales. Esta disparidad en los precios se convierte en un incentivo poderoso para los consumidores, quienes buscan maximizar su poder adquisitivo y encontrar alternativas que se ajusten a sus presupuestos.

No obstante, el atractivo del comercio informal no se reduce exclusivamente al factor económico. La flexibilidad y adaptabilidad de este tipo de comercio son también determinantes. La posibilidad de negociar directamente con el vendedor, la personalización de productos, y la capacidad de obtener artículos de manera más inmediata son aspectos que atraen a los consumidores. La informalidad brinda un ambiente menos reglamentado y más dinámico, donde la interacción directa con el vendedor se traduce en experiencias de compra más personalizadas y, en muchos casos, en la satisfacción de necesidades específicas del consumidor.

Asimismo, la compra en el comercio informal a menudo se asocia con un sentido de comunidad. Los tianguis y los vendedores independientes en redes sociales pueden construir relaciones más cercanas con sus clientes, generando un ambiente amigable y de confianza. Esta conexión emocional puede influir significativamente en las decisiones de compra, ya que los consumidores valoran la atención personalizada y el trato cercano.

No obstante, es importante señalar que el comercio informal también presenta desafíos, como la falta de garantías formales, la calidad variable de los productos y la ausencia de regulaciones específicas. Estos aspectos pueden generar incertidumbre para los consumidores, quienes deben sopesar los beneficios económicos con posibles riesgos.