El tan esperado eclipse estaba programado para comenzar aproximadamente a las 12 p.m., pero el movimiento y la expectación comenzaron muchas horas antes.
Más allá del eclipse en sí, se llevaron a cabo varias actividades complementarias, como la observación científica del fenómeno y la búsqueda de respuestas a preguntas que han desconcertado a la humanidad durante años.
Una de estas interrogantes es por qué la corona del sol tiene una temperatura mucho mayor que el centro del sol. Mientras que el centro solar alcanza unos 5 mil grados Kelvin, la corona solar registra temperaturas de hasta 1 millón de grados Kelvin, un enigma que desafía la comprensión científica.
Desde la Universidad de Hawaii, investigadores se dedicaron a analizar la corona solar utilizando un espectrómetro de dos canales, que ayuda a descomponer los colores de la corona y contribuir así a la investigación de sus elementos constituyentes.
Además de la investigación científica, también se llevaron a cabo actividades más prácticas, como el lanzamiento de cohetes en las cercanías del volcán. Estos cohetes fueron lanzados por miembros de la Universidad de Florida Central, como parte de experimentos relacionados con el fenómeno astronómico.
El eclipse atrae la atención de científicos e investigadores de todo el mundo, quienes se dieron cita para estudiar y analizar el evento astronómico. La presencia de expertos de diversas disciplinas en este eclipse lo convirtió en un momento sumamente importante para la comunidad científica.
El evento no solo fue significativo por tratarse del primer eclipse en décadas, sino también por el énfasis en la investigación científica que lo rodeó. La oportunidad de estudiar fenómenos astronómicos tan particulares como un eclipse solar atrae a científicos y académicos de todo el mundo, quienes trabajan incansablemente para desentrañar los misterios del universo.