El historiador Javier Guerrero se pronunció sobre los daños ocasionados en varios edificios históricos tras la marcha del 8 de marzo. Guerrero señaló que los perjuicios fueron significativos, especialmente en el Museo de la Ciudad, que, aunque se encontraba en proceso de remodelación, sufrió daños considerables en su fachada de cantera. Se estima que los costos para restaurar las plazas y edificios históricos afectados ascienden a alrededor de 2 millones de pesos.
El año pasado, uno de los edificios más dañados fue la Catedral, donde se invirtieron 1 millón de pesos para restaurar la puerta principal, una estructura que databa del siglo XVII. Dado su valor histórico, la puerta no pudo ser reemplazada, sino que fue sometida a una restauración minuciosa para preservar su integridad.
En esta ocasión, el Congreso del Estado también sufrió daños, lo que ha dado lugar a una demanda en busca de identificar a los responsables. Guerrero destacó que estos incidentes reflejan la vulnerabilidad de los patrimonios históricos ante situaciones de protesta y movilización social. El daño a estos monumentos no solo implica una afectación material, sino también un ataque a la identidad cultural y histórica del país.
La restauración de estos edificios no es solo una cuestión económica, sino también un desafío para preservar la memoria histórica. En este contexto, Guerrero instó a la sociedad y a las autoridades a reflexionar sobre la importancia de proteger el patrimonio cultural, especialmente cuando se enfrentan momentos de tensión social.