En 2008, Aeroméxico donó un avión McDonnell Douglas DC-9 al gobierno del estado de Durango, encabezado en ese entonces por Ismael Hernández Deras. La aeronave, ya en desuso, fue recibida con el objetivo de exhibirla en la Feria Nacional de Durango (FENADU) de ese año y posteriormente trasladarla al Museo Bebeleche. Desde su llegada, el avión se convirtió en un símbolo de la feria, atrayendo a visitantes por su imponente presencia.
El avión fue ubicado en el estacionamiento VIP de la FENADU, donde permaneció por casi 14 años. Aunque en un principio fue resguardado por el Museo Bebeleche y luego por el DIF Estatal, con el propósito de utilizarlo como museo, escuela y atracción para el público, nunca estuvo bajo la administración directa del comité organizador de la feria. A lo largo del tiempo, sin embargo, la aeronave fue dejada a la intemperie sin el mantenimiento adecuado, lo que provocó su progresivo deterioro. Para 2010, los signos de desgaste eran evidentes, y la falta de cuidados aceleró su deterioro.
En 2022, después de años de abandono, la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas del Estado (SECOPE) y la Secretaría de Turismo decidieron desmantelar la aeronave. Esta acción se llevó a cabo como medida de seguridad, ya que la obsolescencia del avión y su estado de deterioro representaban un riesgo para quienes asistían a la feria y transitaban por la zona. El desmantelamiento se realizó mediante un operativo que trasladó la estructura a un espacio más seguro, evitando así posibles accidentes.
Tras el retiro del avión, su futuro se volvió incierto. La estructura, que pesa entre 50 y 60 toneladas sin motores ni componentes esenciales, fue almacenada al aire libre en un taller de SECOPE, ubicado cerca de la Clínica 50 del IMSS en la carretera a México. Aunque el avión fue retirado de la FENADU por motivos de seguridad, hasta la fecha no se ha tomado una decisión clara sobre qué hacer con los restos de la aeronave. A pesar de su estado de abandono, sigue siendo patrimonio del estado, aunque ahora prácticamente se considera chatarra.
El destino final del avión es incierto. Aunque alguna vez fue un emblema de la Feria Nacional de Durango, su estado actual refleja la falta de planificación para su conservación. La comunidad espera una resolución sobre su futuro, ya sea a través de su restauración o su disposición final, para definir qué será de este símbolo de la feria que alguna vez atrajo tantas miradas.