Los 330 habitantes del poblado El Carrizo, ubicado a unos 19 kilómetros de la capital, sufren cada día la falta de agua, consecuencia de la sequía que vive Durango. Ahí de plano el ganado quedó fuera del consumo de agua.
Feliciano Robles Gurrola, jefe de Cuartel en la comunidad explicó que hace unos días los habitantes llegaron al acuerdo de que el agua disponible será solo para consumo humano, lo que eleva el riesgo de muerte de ganado.
Esta comunidad, que centra su actividad económica en la agricultura y ganadería, ha tenido dos años complejos. Para iniciar el ciclo pasado las cosechas fueron mínimas y la mayoría de los productores no levantaron lo suficiente para el autoconsumo y el alimento de sus animales.
Ahora, con la falta de agua, algunos han optado por trasladar sus reses a algunos riachuelos, sin embargo, el problema es que en esas zonas no hay alimento y eso significa que los costos de manutención se elevan.
En la comunidad, en la última semana de abril, la situación era crítica debido a que los bordos de abrevadero se han convertido en áreas lodosas en las que el ganado queda atrapado.
"Cada familia, cada ganadero se está haciendo responsable de lo que tiene cada quien", sentenció.
La esperanza en el corto plazo para las familias se centra en un proyecto de bombeo solar que permita aprovechar el agua de un manantial cercano para abastecer de agua potable a la comunidad.
Para ello, es necesario instalar los paneles solares, un tanque de almacenamiento, tirar las líneas de conducción y adquirir un equipo de bombeo, lo que estiman tendrá un costo aproximado de unos 800 mil pesos.
Sobre el financiamiento, el Jefe de Cuartel informó que ya se tiene aprobado un proyecto en el que el Ayuntamiento de Durango aportaría la mitad del presupuesto y el 50 por ciento restante correría a cargo del Gobierno del Estado.