La colonia Praderas del Sur se encuentra en un estado crítico de abandono por parte de las autoridades municipales. Sus calles, prácticamente intransitables, se ven afectadas por la acumulación de basura y la contaminación, lo que ha generado un grave problema de salud para los residentes. Los habitantes han denunciado que los lotes baldíos se han convertido en verdaderos basureros, lo que agrava la situación y crea focos de contaminación que deben enfrentar diariamente.
Las condiciones de las calles son deplorables, incluso en lo que se supone es un bulevar. Los vecinos aseguran que el único tramo pavimentado se encuentra justo frente a la casa de un exdiputado, lo que evidencia la desigualdad en la atención que reciben diferentes áreas de la ciudad. Esta falta de infraestructura no solo dificulta el tránsito, sino que también limita el acceso a servicios básicos, como transporte y atención médica.
Los habitantes de Praderas del Sur han hecho un llamado urgente a las autoridades competentes, solicitando la implementación de programas que mejoren su calidad de vida. La falta de atención institucional ha dejado a esta colonia en un limbo, donde las promesas de apoyo y desarrollo no se traducen en acciones concretas.
Es fundamental que las autoridades reconozcan la urgencia de esta situación y tomen medidas efectivas para atender las necesidades de los residentes. La mejora de las condiciones de vida en Praderas del Sur no solo beneficiará a sus habitantes, sino que también contribuirá a la construcción de una comunidad más equitativa y saludable. La atención a estas áreas marginadas es una responsabilidad que no puede seguir ignorándose.
En Durango, la desigualdad social se manifiesta de manera preocupante en las colonias no municipalizadas, donde la falta de servicios básicos y el abandono por parte de las autoridades municipales son evidentes. Actualmente, más de 120 colonias en la ciudad no han sido municipalizadas, lo que significa que sus habitantes carecen de acceso a servicios esenciales como agua potable, drenaje, pavimentación y recolección de basura. Esta situación agrava las condiciones de vida de miles de familias y perpetúa la pobreza en la región.
Las colonias no municipalizadas son, en su mayoría, áreas con altos índices de marginación. En estas comunidades, los residentes enfrentan dificultades cotidianas que afectan su salud, educación y calidad de vida. Por ejemplo, la falta de acceso al agua potable obliga a muchos a depender de pipas o a comprar agua, lo que representa un gasto adicional en sus limitados presupuestos. Asimismo, la carencia de infraestructura adecuada dificulta el acceso a servicios médicos y educativos, contribuyendo a un ciclo de pobreza que es difícil de romper.
Las respuestas de las autoridades locales han sido insuficientes. Las promesas de campañas políticas no se traducen en acciones concretas que mejoren la situación de estas colonias. La falta de atención y recursos está generando un resentimiento creciente entre los habitantes, quienes sienten que sus necesidades están siendo ignoradas.
Es urgente que las autoridades municipales asuman su responsabilidad y trabajen en la regularización de estas colonias. Esto implica no solo la municipalización, sino también un compromiso real para mejorar la infraestructura y garantizar el acceso a servicios básicos. La atención a estas comunidades no es solo una cuestión de justicia social, sino también un paso fundamental para reducir la desigualdad en Durango y promover un desarrollo más equitativo para todos sus habitantes. La inacción en este sentido no solo perpetúa la pobreza, sino que también frena el progreso de toda la sociedad duranguense.