En un acto deleznable, se han envenenado al menos a 30 perros. Se ha levantado la voz y se ha denunciado el uso de métodos crueles e inhumanos para el exterminio de fauna local en las inmediaciones del Club Campestre. Según Amelia Salas Chacón, representante de la Confederación Próvida Animal y Medio Ambiente, individuos sin conciencia están utilizando sobres de comida para mascotas y latas de sardinas lacedas con veneno, causando la muerte no solo de perros y gatos sino también de tlacuaches, conejos y otras especies endémicas de la región.
Esta situación alarmante ha llevado a la Confederación a interponer una denuncia formal contra quienes resulten responsables de estos actos atroces, señalando preliminarmente al Club Campestre como punto focal de estas actividades nefastas. La denuncia se sustenta en evidencia tangible, incluyendo fotografías y restos de los venenos utilizados, que demuestran la magnitud y premeditación detrás de este crimen contra la vida animal.
El ataque contra estos seres sintientes no solo representa un grave problema de crueldad animal, sino que también plantea serias preocupaciones sobre la seguridad ambiental y la preservación de la biodiversidad local. La eliminación de animales mediante venenos no solo es éticamente reprobable, sino que también puede tener consecuencias ecológicas imprevistas, afectando el equilibrio natural de la zona y poniendo en riesgo a otras especies.
La denuncia de la Confederación Próvida Animal y Medio Ambiente busca no solo justicia para los animales afectados sino también un cambio en la conciencia y las prácticas de la comunidad local. Incluso afirma Salas Chacón que se tiene que investigar si la sustancia que mató a estos seres indefensos no llegó al canal de riego., lo cual sería una tragedia, pues son aguas que se usan para regar los cultivos cercanos. Se espera que este llamado de atención impulse a las autoridades y a los ciudadanos a tomar medidas más firmes contra la crueldad animal y a promover el respeto por todas las formas de vida.
Este asesinato, pone de relieve la necesidad urgente de educación ambiental y respeto por la vida animal, invitando a la sociedad duranguense a reflexionar sobre la responsabilidad compartida de proteger nuestro entorno natural y a quienes lo habitan. La lucha contra la crueldad animal es un paso crucial hacia la construcción de una comunidad más compasiva y consciente del valor intrínseco de todas las especies.