Enl director de Finanzas y Administración del Municipio de Durango, Ignacio Orrante, hizo una visita al Congreso del Estado. Entregó la ley de ingresos, un documento que delinea las finanzas del municipio para el próximo año, un presupuesto que debe ajustarse a la realidad económica del momento.
En palabras sencillas, lo que Ignacio Orrante tenía en sus manos es un presupuesto en el que se anidan todos los compromisos y proyectos asumidos a lo largo del mandato del actual presidente municipal, José Antonio Ochoa. Sin embargo, la situación financiera del municipio plantea un reto colosal: la necesidad de finiquitar todas esas deudas antes de que el mandato llegue a su fin. Un reto, sin duda, que no se puede subestimar en el contexto económico actual.
Uno de los elementos más intrigantes de esta situación es el hecho de que, a pesar de los esfuerzos por facilitar el pago de las deudas a través de descuentos, aún existen morosos que se resisten a ponerse al día. La lucha contra el adeudo se ha convertido en una misión crítica para el Municipio de Durango, que, como tantas otras áreas gubernamentales, se ve presionado por el peso de las obligaciones financieras en un entorno económico incierto. Hasta el momento, afirma el director, el adeudo es de 600 millones de pesos de impuestos que no han sido pagados por la ciudadanía. De ahí el apoyo en el programa "Ahorra es cuando".
El director de Finanzas y Administración, consciente de la complejidad de la situación, ha planteado una estrategia audaz: en caso necesario, solicitar un crédito. Un movimiento que, si bien puede generar cierta preocupación en términos de deuda, representa un intento valiente de asegurar que el municipio pueda cumplir con sus obligaciones. No es una decisión que se tome a la ligera, y la ciudadanía seguramente observará de cerca cómo se desarrolla esta nueva fase de la gestión financiera de Durango.
En un contexto político y económico marcado por la incertidumbre, el compromiso de Ignacio Orrante y su equipo con la transparencia y la responsabilidad financiera es una señal esperanzadora. El ajuste presupuestario y la búsqueda de soluciones creativas, como el posible crédito, reflejan la necesidad imperante de abordar los desafíos económicos con determinación y claridad. El presupuesto no es simplemente un conjunto de números; es un reflejo de las prioridades y compromisos de un gobierno. La pregunta que queda en el aire es si, en el cierre de esta administración, esos números serán suficientes para cumplir esas promesas.