La epilepsia es una condición neurológica que afecta a una parte significativa de la población en Durango, México, con una prevalencia estimada de 10 a 20 casos por cada mil personas. Esta enfermedad, caracterizada por convulsiones recurrentes debido a una actividad eléctrica anormal en el cerebro, impacta profundamente la calidad de vida de quienes la padecen y de sus familias. En Durango, aunque no se tienen cifras exactas, se estima que entre 10,000 y 20,000 personas podrían vivir con epilepsia. Esta condición no solo limita actividades cotidianas como estudiar, trabajar o socializar, sino que también genera estigma y discriminación, lo que agrava el sufrimiento de los pacientes y sus seres queridos. En el marco del Día Mundial de la Epilepsia, que se conmemora cada año, es fundamental concientizar sobre esta enfermedad, mejorar la atención médica y reducir el estigma que la rodea.
El tratamiento de la epilepsia incluye principalmente medicamentos antiepilépticos, que ayudan a controlar las convulsiones en la mayoría de los casos. Sin embargo, en situaciones más complejas, puede ser necesaria una intervención quirúrgica. Los costos de estos tratamientos pueden variar significativamente, oscilando entre 14,330 y 38,330 dólares, dependiendo de la gravedad de la condición y del tipo de intervención requerida. En México, las familias afectadas pueden acceder a servicios de salud públicos, como el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) o el Seguro Popular, que ofrecen tratamientos y medicamentos a bajo costo o de manera gratuita. No obstante, es esencial mejorar la calidad de la atención médica, garantizar diagnósticos oportunos y brindar tratamientos adecuados para que los pacientes puedan llevar una vida plena y productiva.
Además de los desafíos médicos, las personas con epilepsia y sus familias enfrentan barreras sociales debido al estigma y la falta de información sobre la enfermedad. Muchas veces, los pacientes son víctimas de discriminación y exclusión, lo que dificulta su integración en la sociedad. Por ello, es crucial promover campañas de concientización que ayuden a eliminar los prejuicios y mitos asociados con la epilepsia. El Día Mundial de la Epilepsia es una oportunidad para visibilizar esta condición y recordar la importancia de la educación y la sensibilización. En Durango, organizaciones civiles, instituciones de salud y autoridades han llevado a cabo actividades y campañas informativas para fomentar la inclusión y el apoyo a las personas con epilepsia.
La lucha contra la epilepsia requiere un esfuerzo conjunto entre la sociedad, el sector salud y el gobierno. Es necesario seguir trabajando en la mejora de los servicios médicos, la promoción de la investigación y la creación de políticas públicas que garanticen el bienestar de los pacientes. Solo a través de la concientización, la educación y la empatía se podrá construir un entorno más inclusivo y solidario para quienes viven con esta condición. El Día Mundial de la Epilepsia nos recuerda que, juntos, podemos hacer la diferencia en la vida de miles de personas.