La sequía que prevalece en Durango ha propiciado la proliferación de plagas como el gusano descortezador y el defoliador, los cuales están causando daños significativos en los bosques del estado. Solo en el año 2012, se vieron afectadas 65 mil hectáreas forestales y fue necesario derribar tres millones de árboles para contrarrestar el impacto de estas plagas.
Durante los períodos de sequía, aumenta considerablemente el riesgo de incendios forestales y tormentas de polvo, lo que agrava aún más la situación ambiental en la región.
Otro aspecto relevante de la sequía son los apoyos proporcionados por los gobiernos estatal y federal para mitigar el golpe económico sufrido por los productores agrícolas y forestales. Es importante destacar que algunos productos son más rentables que otros durante estos períodos. Por ejemplo, la nuez y el chile son de los productos que presentan menos pérdidas económicas.
En el año 2023, el precio base del chile por kilogramo se estableció en $10 pesos, logrando venderse en $18 pesos, lo que generó una ganancia cercana al 80%. Sin embargo, la rentabilidad de la cosecha de temporal está estrechamente ligada a la cantidad y la distribución de las lluvias durante el año.
Es crucial recordar que Durango, al igual que otros estados del norte como Nuevo León y Chihuahua, no recibe un apoyo económico especial del gobierno debido a su carácter industrial. Por lo tanto, es vital que las autoridades promuevan la organización y la planificación entre los productores para que todos puedan beneficiarse de manera equitativa.
Además, las condiciones de sequía grave pueden tener un impacto negativo en la calidad del aire. La presencia de partículas suspendidas en el aire durante estos eventos puede irritar los conductos bronquiales y los pulmones, causando problemas respiratorios graves entre la población.