Las escuelas primaria y preescolar de la colonia Clara Córdova operan en condiciones alarmantes, exponiendo diariamente a sus estudiantes a riesgos de salud y seguridad. Ubicadas en una de las zonas más pobres de la ciudad, estas escuelas están construidas con materiales precarios: láminas, madera y hules que no ofrecen protección adecuada. Las madres de familia denuncian que las clases se han suspendido en varias ocasiones debido al riesgo de colapso de los techos, una situación que amenaza la integridad física.
La comunidad ha solicitado apoyo al gobierno en repetidas ocasiones, pero la respuesta ha sido negativa, argumentando que el reducido número de alumnos impide el acceso a recursos. Sin embargo, los padres advierten que esta justificación resulta inaceptable, pues la educación y la seguridad de los niños no deben depender de cifras. La temporada de frío agrava la situación, ya que las estructuras no protegen a los alumnos de las bajas temperaturas, exponiéndose a enfermedades y aumentando el ausentismo.
Vecinos y padres exigen una intervención urgente, subrayando que la falta de infraestructura adecuada afecta no solo la salud, sino también el derecho a una educación digna de los menores. La comunidad exige la construcción de aulas de materiales duraderos y seguros, señalando que, aunque la colonia Clara Córdova es olvidada por las autoridades, los niños tienen derecho a estudiar de manera digna.
La situación de estas escuelas refleja un abandono institucional que ignora el bienestar de los estudiantes. Los padres y vecinos piden a las autoridades priorizar la educación en áreas marginadas, tomando acciones concretas que garanticen instalaciones adecuadas para el aprendizaje. La colonia Clara Córdova necesita apoyo urgente para que los niños no sigan exponiéndose a peligros innecesarios y puedan recibir la educación que merecen.