El día de hoy, el centro histórico de la ciudad de Durango se vio afectado por un bloqueo de calles realizado por el grupo Antorcha Campesina, Asociación Civil. La manifestación se llevó a un cabo en la calle Victoria, en el tramo que va de 20 de noviembre a 5 de febrero, justo frente a la Sala de Cabildo, obstaculizando el tránsito vehicular y provocando caos en la zona.
La protesta se debe a la falta de servicios básicos en las colonias del Oriente de la ciudad, que según el grupo, no han sido atendidas adecuadamente por el alcalde y el personal del municipio. La falta de mantenimiento en las vías de comunicación ha dejado a cientos de personas afectadas, quienes transitan diariamente por la zona y han visto obstaculizado su día a día.
El líder del movimiento Antorcha Campesina en Durango, Pedro Martínez Coronilla, flanqueado por una veintena de jovenes estudiantes, afirmó que la gran mayoría de las Colonias de la zona Oriente sufren de mala pavimentación. Estas vialidades se han convertido en rutas críticas para los vecinos de aquel lugar, y su falta de mantenimiento afecta a las familias.
Es importante mencionar que, aunque el derecho a la manifestación de paz es fundamental en una sociedad democrática, el bloqueo de calles no es la forma más efectiva ni la más adecuada para llegar a los reclamos a las autoridades competentes. Estas acciones generan malestar e inconformidad en la sociedad.
Es necesario que los ciudadanos, así como las autoridades, busquen canales de diálogo y solución de conflictos que no afecten a terceros. El bloqueo de calles no es la solución y puede generar más problemas que soluciones. Es importante que se garantice el derecho a la manifestación pacífica, pero siempre respetando los derechos de los demás y evitando el caos y la violencia en la ciudad.
Por lo tanto, es fundamental que se busquen soluciones dialogadas y se fomente el diálogo entre las partes involucradas, de manera que se puedan encontrar soluciones que satisfagan las demandas de los ciudadanos sin perjudicar a terceros. De esta manera, se podrá construir una sociedad más justa y democrática, en la que se garantice el derecho a la protesta pacífica, pero siempre respetando los derechos de los demás y evitando la violencia y el caos en la ciudad.