El estrés financiero es una realidad que afecta a una parte significativa de la población mexicana, manifestándose como resultado de problemas económicos que generan ansiedad, una sensación de vulnerabilidad y, en muchos casos, una percepción de escasez. La gestión adecuada de la salud financiera se ha vuelto esencial para prevenir estos efectos negativos en la salud física y mental de las personas. Según los datos de la Encuesta de Salud Financiera 2023, el 59.5% de la población mexicana mayor de 18 años experimenta algún nivel de estrés financiero.
Uno de los momentos del año en los que este estrés financiero se intensifica es durante el regreso a clases. En Durango, por ejemplo, muchas familias ya están realizando las compras necesarias para el inicio del ciclo escolar, lo que implica un gasto significativo que, si no ha sido previsto con antelación, puede desencadenar serios problemas económicos. El costo de la lista de útiles escolares, que se entrega a los padres entre junio y julio dependiendo de la institución, es uno de los principales generadores de estrés financiero en las familias. Este gasto, a menudo elevado, se suma a otros compromisos económicos, lo que puede poner en una situación de vulnerabilidad a quienes no cuentan con una planificación financiera adecuada.
En muchas familias, los abuelos desempeñan un papel crucial en el sustento económico, especialmente en aquellos hogares donde los adultos mayores ya están jubilados. Estos abuelos, que deben administrar cuidadosamente sus ingresos, a veces recurren a créditos para hacer frente a los gastos escolares y otros compromisos financieros. La dependencia de créditos para solventar necesidades básicas refleja la presión económica que enfrentan, exacerbando el estrés financiero en estos hogares.
Además, la economía local de Durango se ha visto impactada por la migración de personas de estados vecinos, como Coahuila, Chihuahua y Sinaloa. Según el Censo de Población y Vivienda 2020, Durango ha recibido un importante flujo de inmigrantes, siendo Coahuila de Zaragoza el principal origen, con 9,040 personas, representando el 20.7% de los migrantes. Esta migración ha generado un aumento en la demanda de servicios y productos en la capital del estado, lo que a su vez ha elevado los costos y contribuido a un desequilibrio económico.
La sobrepoblación resultante de esta migración desmedida ha llevado a una mayor demanda de servicios y productos, lo que podría causar escasez y un incremento en los precios, complicando aún más la situación financiera de las familias locales. La combinación de estos factores subraya la importancia de una planificación financiera adecuada y la necesidad de políticas que aborden tanto el bienestar económico de las familias como los desafíos derivados de la migración.