La ética médica es un pilar fundamental en la práctica de la medicina y se basa en cuatro principios fundamentales: no maleficencia, beneficencia, autonomía y justicia. Estos principios actúan como brújula moral para los profesionales de la salud, guiándolos en la toma de decisiones y en la atención a los pacientes. Si bien la ética médica se enseña en todas las escuelas de medicina, su aplicación puede variar dependiendo de cada médico y de su contexto.
Hemos conversado con varios profesionales de la salud para entender cómo ha evolucionado la aplicación de la ética médica, especialmente en el contexto de la pandemia. Uno de los aspectos más destacados es que, según nuestros entrevistados, ha habido un cambio notable en la forma en que se aborda la ética médica en la práctica después del surgimiento de la pandemia.
El trato hacia los pacientes se ha vuelto más humano y comprensivo en el periodo pospandemia. Los médicos están prestando mayor atención a las necesidades emocionales y psicológicas de los pacientes, además de su bienestar físico. Esta transformación se ha convertido en una mayor empatía y compasión en la relación médico-paciente, lo que a menudo conduce a resultados más positivos y a una mejor experiencia para el paciente.
Sin embargo, esta evolución no ha sido uniforme entre todos los profesionales de la salud. Aquellos que se graduaron antes de 2019, es decir, antes del inicio de la pandemia, han experimentado un período de adaptación más prolongado. La pandemia desafió sus prácticas habituales y los impulsó a ajustarse a las nuevas demandas éticas y médicas que surgieron a raíz de la crisis sanitaria.
Por otro lado, los médicos que se graduaron después de 2020 enfrentan desafíos diferentes. A pesar de estar más familiarizados con las prácticas éticas actualizadas en el contexto de la pandemia, pueden experimentar dificultades en el establecimiento de una amistad genuina con los pacientes. La creciente dependencia de la tecnología en la atención médica, agravada por las medidas de distanciamiento social, puede dificultar la creación de vínculos personales sólidos con los pacientes.
Este contraste entre médicos egresados antes y después del 2020 refleja la complejidad de la práctica médica en un mundo en constante cambio. La ética médica sigue siendo un componente esencial de la atención médica, independientemente del momento en que un médico haya completado su formación. La adaptación constante a nuevas circunstancias y desafíos es una característica inherente a la profesión médica.
En última instancia, la ética médica sigue siendo un faro que guía a los médicos en su trabajo diario. La evolución en la forma en que se aplica refleja la capacidad de la comunidad médica para aprender y adaptarse a las cambiantes necesidades y expectativas de los pacientes y la sociedad en general. La atención médica centrada en el paciente y el respeto por los principios éticos seguirán siendo esenciales para proporcionar un cuidado de calidad en el futuro.