La exportación de ganado en Durango enfrenta una crisis debido a los retrasos en el cruce de reses hacia Estados Unidos. Desde la reapertura de la frontera el 3 de marzo, solo se han logrado exportar 2,600 cabezas de ganado, lo que ha generado pérdidas millonarias para los productores. Rogelio Soto, presidente de la Unión Ganadera en Durango, advirtió que la lentitud en el proceso está afectando gravemente al sector.
Actualmente, los dos principales puntos de cruce, San Jerónimo y Ojinaga, solo permiten el paso de 1,000 cabezas de ganado por semana. Esta cifra es insuficiente para las necesidades de los productores, quienes dependen en gran medida de la exportación para mantener sus ingresos.
Uno de los principales problemas es la falta de personal del Departamento de Agricultura, lo que ha impedido la apertura de otras dos cuarentenarias, como Piedras Negras y Palomas. La limitación en los puertos fronterizos ha generado un cuello de botella que ralentiza la salida del ganado y pone en riesgo la estabilidad económica del sector.
Además, el mercado nacional no ofrece precios competitivos, lo que agrava la situación. La exportación permite a los ganaderos obtener mejores precios por su producto, pero con las restricciones actuales, muchos se ven obligados a vender en el mercado interno a costos considerablemente más bajos.
Rogelio Soto advirtió que la incertidumbre y la falta de soluciones concretas han generado una profunda preocupación entre los productores. La apertura de más puntos de cruce es urgente para evitar mayores pérdidas y garantizar la estabilidad del sector ganadero en Durango.