La extinción de Fideicomisos del Poder Judicial de la Federación se ha convertido en el nuevo epicentro de la discusión nacional, y por que no decirlo, de la nueva ecisión entre los mexicanos, pues quien apoya al Presidente Andrés Manuel López Obrador lo ven con buenos ojos, pero aquellos que saben de derecho, se dan cuenta de que esto es solo un pretexto para generar un mal ambiente contra el Poder Judicial de la Federación.
El Diputado Luis Enrique Benítez Ojeda arroja luz sobre esta medida polémica, argumentando que va más allá de ser simplemente un capricho legislativo. Para él, se trata de un ataque cuidadosamente orquestado para denostar la integridad del Poder Judicial, sembrando la duda sobre la gestión de los fideicomisos.
La controversia surge de la naturaleza de estos fideicomisos. Cuando se crea uno, el dinero, originalmente público, se transforma en un ente privado. La desaparición de estos fondos es vista por algunos como un acto de apropiación indebida de bienes privados. Esto genera preguntas apremiantes sobre la legalidad y ética de la extinción de los fideicomisos.
El Diputado Benítez Ojeda no se muerde la lengua al calificar esta propuesta de legislación como una "atrocidad legislativa". Sin embargo, advierte que, a pesar de los esfuerzos por aprobarla en el Congreso, podría encontrar un obstáculo: el mismo Poder Judicial de la Federación.
De acuerdo con su análisis, incluso si diputados y senadores avalan la extinción de los fideicomisos, este asunto tarde o temprano recaerá en el Poder Judicial. Esta última instancia podría ofrecer un giro inesperado en una historia llena de giros y revueltas.
En una encrucijada donde la política y la justicia convergen, el destino de los fideicomisos en México pende en un delicado equilibrio. Los ojos están puestos en cómo evolucionará este drama legislativo y cómo afectará la delicada balanza de poder entre los poderes ejecutivo y judicial del país.