Falta mucho en educación pública: Rosa Ma. Triana
La educación es un campo vasto y diverso que involucra a más de 5 mil escuelas en nuestro estado. Abordar todas estas instituciones de manera uniforme puede ser un desafío monumental, pero es un desafío que debemos afrontar. Uno de los temas cruciales que necesitamos abordar con urgencia en el ámbito educativo es la salud mental, una cuestión subrayada por la Diputada Rosa María Triana.
La salud mental de nuestros estudiantes es un activo invaluable que debemos proteger y fortalecer, especialmente en el contexto de la pandemia global que hemos enfrentado. La educación no se trata solo de la transmisión de conocimientos académicos; también implica el bienestar emocional y psicológico de nuestros jóvenes. Como tal, estamos considerando medidas innovadoras, como permitir a los estudiantes de disciplinas relacionadas con la salud mental, como la psicología, realizar prácticas para apoyo ofrecer a los niños que enfrenten desafíos emocionales.
La idea detrás de esta propuesta es crear una red de apoyo integral en nuestras escuelas. Al involucrar a estudiantes de psicología, no solo proporcionamos ayuda a aquellos que la necesitan desesperadamente, sino que también brindamos experiencia práctica a futuros profesionales en el campo de la salud mental. Esta sinergia beneficia tanto a nuestros jóvenes como a la comunidad en general.
Sin embargo, es fundamental reconocer que, aunque la voluntad de abordar estos problemas de manera efectiva está presente, nos enfrentamos a limitaciones financieras. No hay recursos suficientes para implementar todas las medidas necesarias en cada una de las escuelas. Por lo tanto, se requerirá una asignación cuidadosa y estratégica de fondos para abordar las áreas más críticas y garantizar que nuestros estudiantes reciban la atención que merecen.
El bienestar de nuestros jóvenes es una prioridad absoluta, y debemos tomar medidas concretas para abordar los desafíos de salud mental que enfrentan. Esto implica una estrecha colaboración entre el gobierno, los profesionales de la salud mental y las instituciones educativas. Al actuar con sensibilidad y decisión, podemos construir un sistema educativo que no solo fomente el conocimiento académico, sino que también cuide el corazón y la mente de nuestros estudiantes. En última instancia, esto no solo beneficiará a nuestros jóvenes, sino que también fortalecerá el futuro de nuestra sociedad.