Debido a la pandemia de COVID-19, María Guadalupe Ruiz se enfrentó a la pérdida de un trabajo que había mantenido durante 20 años. Sin embargo, esta situación adversa no la detuvo, sino que la impulsó a tomar una valiente decisión: emprender un negocio de gorditas con el fin de sobrevivir en medio de la crisis económica. Para su sorpresa, la respuesta del público superó todas sus expectativas, ya que las personas quedaron encantadas con su deliciosa forma de preparar las gorditas y con la variedad de guisos que ofrecía.
La determinación de María Guadalupe por salir adelante, respaldada por el ingenio compartido por su familia, les llevó a crear una variante especial llamada "Gordita Barbie", inspirada en una película que estaba causando furor en ese momento. Esta audaz creación rápidamente ganó popularidad, y las ventas se dispararon al punto en que la gordita Barbie se convirtió en uno de los platillos más demandados en las plataformas digitales de comida.
La historia de María Guadalupe Ruiz es un claro ejemplo de cómo, incluso en medio de la adversidad, la perseverancia, la creatividad y la disposición para adaptarse a las circunstancias pueden generar oportunidades sorprendentes. El negocio de las gorditas no solo le brindó una nueva forma de sustento, sino que también demostró que la pasión por lo que se hace y el esfuerzo por satisfacer las necesidades de los clientes pueden abrir puertas inesperadas en tiempos desafiantes.
A lo largo de su travesía como emprendedora, María Guadalupe enfrentó diversos retos y obstáculos, pero nunca se rindió. En lugar de ello, aprendió de cada experiencia y ajustó su enfoque para seguir mejorando. La dedicación y el amor que le puso a su negocio se reflejaban en cada una de sus gorditas, y esto fue apreciado por sus clientes, quienes no solo regresaban por más, sino que también recomendaban su emprendimiento a sus conocidos