Tras el cierre de la Feria Nacional de Durango (FENADU), sorprende gratamente la limpieza que prevalece dentro de sus instalaciones. Contrario a lo que se podría esperar después de una celebración de tal magnitud, no se observa acumulación de basura ni desorden en el recinto ferial. Sin embargo, esta pulcritud contrasta con la situación en los lugares cercanos al evento.
Es innegable que los espacios aledaños al recinto ferial no corren con la misma suerte. Tanto en las mediaciones del segundo estacionamiento como en las cercanías de la Universidad Tecnológica de Durango (UTD), se aprecian tristemente los residuos de dicha festividad. Desde bolsas hasta botellas de bebidas alcohólicas y toda clase de basura, esparcidos por el suelo, dan cuenta de un desafortunado descubierto en el manejo de los desechos.
Para mantener el esplendor de la FENADU y contribuir al bienestar del entorno, resulta imprescindible que los visitantes y vecinos se conciencien sobre la importancia de la conservación del medio ambiente. Un evento de esta magnitud trae consigo una gran influencia de personas, y es responsabilidad de todos contribuir al cuidado del espacio compartido.
Es conveniente que se establezcan medidas adicionales para mantener la limpieza en los alrededores del recinto ferial. Se pueden instalar más contenedores de basura y señalizar áreas destinadas para el depósito adecuado de los desechos. Además, es fundamental promover campañas de concienciación que incentiven la cultura de la limpieza y la disposición adecuada de la basura durante y después del evento.
Asimismo, es necesario establecer una estrecha colaboración entre el gobierno local, las autoridades de la FENADU, los organizadores y los ciudadanos, para desarrollar estrategias efectivas que reduzcan la presencia de residuos en los espacios vecinos. La educación ambiental y la sensibilización sobre el impacto negativo que tiene la basura en nuestro entorno son clave para lograr un cambio positivo y duradero.