La reciente elección de Rosario Piedra al frente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) ha levantado críticas y sospechas de manipulación en el Senado, según declaraciones de Martín Vivanco Lira. Vivanco asegura que hubo "mano negra" en el proceso de selección y apunta directamente a la presidenta Claudia Sheinbaum, considerando su intervención como un error grave que podría impactar la autonomía de la institución.
Según Vivanco, la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) es la principal beneficiaria de esta elección. Señala que, desde la llegada de Rosario Piedra a la CNDH, no se ha emitido ninguna recomendación contra la SEDENA, una omisión que, a su juicio, refleja una tendencia preocupante en la comisión. "Es lamentable que Rosario Piedra no siga el legado de su madre", comentó Vivanco, aludiendo a la histórica lucha de Rosario Ibarra en defensa de los derechos humanos y contra abusos de poder. Esta falta de recomendaciones, según él, marca un contraste claro con la postura crítica y activa que se espera de la CNDH frente a instituciones militares.
Vivanco también advierte que la influencia ejercida en esta elección es solo una muestra de lo que podría suceder en la reforma judicial próxima, la cual considera fundamental para el país. Para él, si el mismo patrón de injerencia se repite en este proceso, se corre el riesgo de tener una justicia menos imparcial y de perder los contrapesos necesarios en el sistema.
En este contexto, el activista sugiere que la CNDH y otros órganos autónomos deberían operar sin presiones externas, especialmente de los poderes Ejecutivo y Legislativo. Las declaraciones de Vivanco reflejan la creciente preocupación entre sectores sociales y políticos por el respeto a la independencia de las instituciones, especialmente cuando se trata de garantizar los derechos humanos en un contexto de militarización y crecientes competencias de las fuerzas armadas en seguridad pública.