A consecuencia de la pandemia hubo un mayor crecimiento del comercio informal en Durango, pues con las reglas que se impusieron a los empresarios y comercio formal, para muchos fue imposible mantener su negocio de pie, pues tuvieron que cerrar ante la crisis que aún se vive en la ciudad fue imposible sostenerse en la formalidad, así lo comentó la Cortadora Pública Laura Martínez, quien es también catedrática de la Facultad de Economía, Contaduría y Administración.
"La realidad es que después de la pandemia esto empezó a crecer mucho más, porque no se apoyó al empresario formal, se nos obligó a que siguiéramos pagando a los empleados, que no despidiéramos a nadie y pagar las prestaciones sociales, y obviamente muchos comerciantes formales se fueron a la informalidad".
Según la Contadora, la fuga de pago de impuesto del comercio informal es notoria, porque se refleja en la obra pública de los municipios, sin embargo, ayuda a aquellas personas que no pueden pagar una renta, que no pueden pagar trabajadores y apenas trabajan para subsistir, pero asegura, que también no se pude permitir y que se tiene que regular para que exista un orden en las calles, que se pueda transitar sin obstrucción de las banquetas por los puestos que existe. Agregó que es necesario que las autoridades ayuden a los comerciantes informales para que puedan formalizarse mediante mercados, donde se agrupen y puedan pagar una renta acuerdo a sus ganancias y logren formalizarse en poco tiempo.
"Es bueno el comercio informal, porque salen mucho más baratos lo productos para el consumidor final, porque ellos los tiene de primera mano, y esta es una gran ayuda mutua tanto como para el comerciante como para el comprador, pero sí se tiene que regular con programas que de verdad beneficien al comerciante y que no abusen de ellos, pues hay casos donde incluso les tiran sus mercancías al carecer de los permisos o alguna otra falta dentro de la informalidad".