En diferentes templos de la ciudad de Durango, los sacerdotes señalaron que la Iglesia está a favor de que se detenga la violencia en contra de las mujeres, pero en contra de que ellas mismas, las mujeres, sean las que propicien la violencia aprovechando estas manifestaciones para promover el aborto.
Los sacerdotes católicos en sus homilias, invitaron a que las feligreses no adopten conductas violentas que promueven las feministas de los "pañuelos verdes", pues ellas aprovechan la demanda genuina de quienes exigen garantías de seguridad para ellas y para niñas y niños, para promover conductas de odio entre mujeres y hombres.
Por último los clérigos exhortaron a las mujeres a portar vestimenta blanca con pañuelos azules, a fin de diferenciarse de las abortistas y feministas radicales.