Ante las altas temperaturas registradas en la región, el calor puede tener efectos perjudiciales en perros y gatos. Estas mascotas no pueden regular su temperatura corporal de manera tan eficiente como los humanos, lo que los vuelve más vulnerables a sufrir estrés, enfermedades y padecimientos potencialmente mortales. Entre los síntomas comunes se incluyen deshidratación rápida, jadeo excesivo, letargo, debilidad, babeo excesivo, vómitos, diarrea y, en casos graves, convulsiones o pérdida del conocimiento. Ante la sospecha de un golpe de calor, es fundamental buscar atención veterinaria de inmediato.
El calor también puede ocasionar quemaduras en las almohadillas de las patas de perros y gatos cuando caminan sobre superficies calientes como el pavimento o la arena. Por esta razón, se ha observado en diversas partes del país que tiendas y cadenas comerciales abren sus puertas para permitir que los animales en situación de calle entren y encuentren refugio del calor.