El pasado encuentro entre la diputada Silvia Patricia Jiménez Delgado y la responsable de CAPUFE en Cuernavaca parecía prometer un cambio, una esperanza para una supercarretera que había sido testigo de tragedias recientes, especialmente en los problemáticos túneles. Las palabras resonaron con la promesa de mejoras sustanciales. Sin embargo, hoy, con un aumento del 3% en las tarifas de todas las autopistas bajo la administración de CAPUFE, la realidad contrasta fuertemente con esas garantías.
Jiménez Delgado, recordando la atención especial que se prometió para los túneles después de una trágica Semana Santa, expresa su desencanto. La situación no ha mejorado, y la diputada, lejos de quedarse en silencio, alza la voz contra lo que considera un incumplimiento de promesas y una falta de progreso evidente.
Uno de los puntos más alarmantes para la legisladora es la seguridad. A pesar de las tragedias anteriores y las promesas de mejora, persiste la operación de una caseta pirata, un foco rojo que sugiere la presencia continua de grupos delincuenciales. Esta falta de acción en materia de seguridad preocupa no solo a la diputada, sino también a los usuarios que esperaban un cambio palpable en la infraestructura y la gestión de CAPUFE.
El incremento en las tarifas, sin mejoras significativas, genera una sensación de injusticia entre los usuarios de las autopistas bajo la jurisdicción de CAPUFE. La diputada, convertida en voz de los afectados, destaca la urgente necesidad de una acción decidida por parte de la entidad responsable. ¿Logrará esta llamada de atención de traducirse en concretas y cambios palpables en la seguridad y calidad de las acciones de las autopistas? La respuesta podría definir no solo el viaje de miles de usuarios, sino también la confianza en la capacidad de las instituciones para cumplir sus promesas. Es un golpe, que más allá de la cantidad a pagar, se percibe en el desencanto de los usuarios al no ver reflejado su pago en las condiciones de la cinta asfáltica.