Durango puso en marcha este 25 de marzo una planta potabilizadora que permitirá eliminar contaminantes como el arsénico y el flúor del agua que abastece a más de 200 mil habitantes. Con ello, se reduce el riesgo de enfermedades relacionadas con estos metales y se avanza en la recuperación de los mantos acuíferos.
Durante décadas, la ciudad dependió del agua extraída de pozos profundos. Actualmente, opera con 94 pozos, muchos con niveles de arsénico y flúor por encima de la norma. La sobreexplotación del manto freático obligó a perforar a mayores profundidades, aumentando la concentración de estos elementos tóxicos.
Con la entrada en operación de la planta, se cerrarán 29 pozos en una primera etapa, reduciendo la extracción de agua subterránea. La infraestructura tiene capacidad para potabilizar 1,100 litros por segundo, suficientes para abastecer hasta 300 mil personas, aunque por ahora beneficiará a 200 mil debido a limitaciones en la red de distribución.
La contaminación del agua con flúor y arsénico es un problema de salud pública que afecta el desarrollo infantil y está vinculado a enfermedades crónicas. La planta representa un avance en la seguridad hídrica y sanitaria del estado.
El proyecto contó con una inversión de 1,050 millones de pesos, autorizados con apoyo de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo y del ex presidente Andrés Manuel López Obrador. La construcción inició en marzo de 2024 y concluyó en un año, con la coordinación de distintos niveles de gobierno.
Esta obra forma parte de un plan integral que incluye la construcción de la presa El Tunal 2, con la cual se busca garantizar el abasto de agua potable para la ciudad y su desarrollo industrial en las próximas décadas.