Como parte de los operativos que la Dirección de Inspección realizó para mantener el orden en la capital duranguense, se realizó el decomiso de 30 kilos de pólvora a un costado del templo de San Miguel. Así lo informó el vocero de dicha dependencia, José Gandarilla.
Este decomiso se logró gracias a las múltiples denuncias que ha estado realizando la ciudadanía en contra de la venta y compra de fuegos pirotécnicos. Una vez asegurada esta mercancía, pasa a manos del Juzgado Cívico y posteriormente se destruye por el Ejército Mexicano.
José Gandarilla resaltó que este año ha sido atípico, pues han sido muy pocos decomisos a comparación del 2019; donde se logró captar un total de 800 kilos de pólvora.
La Dirección de Inspectores también atribuye este comportamiento a las nuevas disposiciones que dictaminan que el uso de la pólvora puede considerarse como un hecho delictivo. Esto ha formado una conciencia en los mismos comerciantes que se dedicaban únicamente a la venta de estos productos.