Históricamente en Durango, diversos lugares surgieron a través de invasiones de terrenos y predios, siendo la colonia División del Norte un claro ejemplo, fundada hace 46 años en 1978. En la actualidad, la mancha urbana cuenta con más de 200 colonias y asentamientos, todos marcados por una constante: la situación de pobreza que los originó. El crecimiento desmedido en todo el municipio, según la Dirección Municipal de Desarrollo Urbano, refleja la urgencia de abordar la planificación y expansión de manera integral.
En este contexto, los residentes de la ampliación San José 3 solicitan la urbanización de su área, ya que carecen de otras opciones de vivienda. La situación de invasión de terrenos se aborda mediante el procedimiento del municipio, que consiste en notificar a los propietarios de los predios y realizar las gestiones legales correspondientes. Sin embargo, este proceso no está exento de desafíos, y los colonos buscan comprensión y apoyo de la ciudadanía, ya que han sido estigmatizados injustamente como delincuentes.
Es importante destacar que el municipio no cuenta con facultades para reubicar a los ciudadanos involucrados en estas invasiones. La situación de cerca de 35 familias que residen en alrededor de 70 casas de materiales frágiles en esta localidad refleja las complejidades socioeconómicas a las que se enfrentan. La mayoría de estos habitantes dependen de la informalidad para sus ingresos, participando en trabajos de construcción y actividades como la pepena de plástico, entre otras, para obtener productos que puedan vender en recicladoras.
El llamado de comprensión y apoyo de la ciudadanía es crucial en estos casos. La estigmatización de los residentes como delincuentes solo perpetúa un ciclo de marginación y dificulta la búsqueda de soluciones efectivas. Es necesario fomentar un diálogo abierto y compasivo que aborde las necesidades y desafíos de las personas involucradas en estas situaciones, reconociendo la complejidad de sus circunstancias.
Además, es fundamental que el municipio trabaje en estrategias a largo plazo que aborden la planificación urbana, la regularización de asentamientos y la atención a la pobreza, buscando soluciones integrales que promuevan el bienestar de la comunidad. La colaboración entre las autoridades, la sociedad civil y los residentes es esencial para construir un camino hacia la equidad y la justicia social.