La economía informal en México es una realidad que plantea desafíos significativos para el país. Se trata de una relación laboral que no está sujeta a la legislación nacional, lo que implica que no se cumplen con el pago de impuestos, carece de cobertura de protección social y no ofrece prestaciones relacionadas con el empleo.
En el año 2022, la economía informal representó el 24,4 % del Producto Interno Bruto (PIB) nacional en valores corrientes. Esta cifra marcó un aumento del 0.4 puntos porcentuales con respecto al año anterior, lo que evidencia un crecimiento significativo que requiere atención por parte de las autoridades.
Los presidentes de las cámaras empresariales locales expresan su preocupación por el panorama desigual que enfrentan, ya que parece haber un apoyo mayor hacia los trabajadores informales en detrimento de los formales. Esta situación plantea desafíos adicionales para las empresas establecidas dentro del marco legal.
Un análisis realizado por el centro de análisis independiente México revela que estados como Oaxaca, Guerrero, Hidalgo, Tlaxcala, Chiapas y Puebla registraron tasas de informalidad superiores al 65%, mientras que en regiones del norte como Chihuahua, Coahuila, Baja California, Nuevo León y Baja California Sur, las tasas oscilaron entre el 32% y el 36.6%.
La presidenta de CANACOPE denuncia la falta de apoyo para los comercios formales, lo que genera dificultades y presiones para muchos empresarios que se ven obligados a considerar cambiar de giro o incluso cerrar sus negocios.
En respuesta a esta problemática, la dirección de desarrollo urbano en conjunto con obras públicas municipales ha estado llevando a cabo la rehabilitación y ampliación del tamaño de las banquetas en el primer cuadro de la ciudad. Sin embargo, esta mejora en la infraestructura podría ser aprovechada por los vendedores informales para instalarse, lo que representa un desafío adicional para regular la actividad informal.
Datos publicados por el Coneval indican que durante el tercer trimestre de 2023, el 51.3% de los trabajadores no agropecuarios en México estaban ocupados en empleos informales. Aunque esta cifra muestra una ligera disminución con respecto al trimestre anterior, el estancamiento de la tasa de informalidad es motivo de preocupación y destaca la necesidad de abordar este problema de manera integral y efectiva.