Tras los recientes eventos públicos, la Maestra en Psicología Victoria Alemán del Instituto de Salud Mental comentó que la sociedad no está preparada para manejar la frustración y la inmediatez. Esto provoca que incluso inconvenientes menores desencadenen reacciones explosivas, lo que se ha convertido en un problema creciente en nuestra comunidad.
Victoria Alemán subrayó que la incapacidad de la sociedad para gestionar la frustración se manifiesta de diversas maneras. La inmediatez, producto de la era digital y la cultura del "todo ahora", ha reducido significativamente la paciencia y la tolerancia de las personas. Hoy en día, estamos acostumbrados a obtener respuestas y soluciones al instante, y cuando esto no sucede, se produce una sensación de frustración que puede llevar a comportamientos impulsivos y agresivos.
La psicóloga explicó que esta tendencia se observa en varios ámbitos de la vida cotidiana, desde el tráfico vehicular hasta las interacciones en redes sociales. En el tráfico, por ejemplo, pequeños retrasos pueden provocar conductas agresivas como los conflictos entre conductores. En las redes sociales, la falta de respuestas inmediatas o comentarios desfavorables pueden desatar verdaderas tormentas de agresividad virtual.
Alemán también señaló que la inmediatez ha afectado las expectativas de las personas en cuanto a sus relaciones interpersonales y laborales. En el ámbito laboral, la presión por cumplir con plazos ajustados y la expectativa de una productividad constante pueden generar un entorno de estrés y tensión. En las relaciones personales, la demanda de atención y respuestas rápidas puede poner una presión indebida sobre las interacciones, deteriorando la calidad de las mismas.
Para abordar este problema, Victoria Alemán sugiere la necesidad de promover la educación emocional desde una edad temprana. Es fundamental que las personas aprendan a identificar y gestionar sus emociones, especialmente la frustración. La educación emocional puede incluir técnicas de respiración, meditación y otras prácticas de mindfulness que ayuden a las personas a mantenerse calmadas y centradas, incluso en situaciones de estrés.
Además, Alemán destacó la importancia de la comunicación abierta y efectiva. En lugar de reacciones impulsivas, es crucial fomentar un diálogo constructivo que permita resolver los conflictos de manera pacífica. En este sentido, tanto las instituciones educativas como las empresas pueden desempeñar un papel vital al ofrecer programas y talleres de desarrollo emocional y habilidades de comunicación.
Finalmente, la psicóloga instó a la comunidad a reflexionar sobre la cultura de la inmediatez y sus efectos negativos. Es esencial recuperar la paciencia y la capacidad de esperar, entendiendo que no todos los problemas pueden solucionarse al instante y que muchas veces, la mejor respuesta es aquella que se toma con calma y reflexión.