En la colonia Jardines de Cancún, las ladrilleras llevan más de 30 años establecidas, y a pesar del paso de varias administraciones, no han sido removidas. De hecho, en una sola cuadra se pueden contar hasta 8 lugares donde se fabrican ladrillos. Aunque el gobierno municipal afirma haber reubicado a la mayoría de los productores de ladrillos, la realidad es que aún persisten más de ellos. Esto nos lleva a preguntarnos si se trata de los mismos productores o si se trata de nuevos actores en la industria.
Según los testimonios de los propios vecinos, el problema no solo radica en la dañina quema de los ladrillos, sino también en la invasión de parte de la calle por parte de los fabricantes. Estos ladrilleros, con el fin de aumentar su producción, requieren más espacio, y por ende, utilizan la calle para tal propósito.
Esta situación plantea varios desafíos para la comunidad de Jardines de Cancún. En primer lugar, la presencia continua de las ladrilleras genera molestias y preocupaciones en cuanto a la contaminación del aire y la calidad de vida de los residentes. La quema de ladrillos libera emisiones tóxicas que pueden afectar la salud de las personas y el medio ambiente circundante.
Además, la invasión de la calle por parte de los ladrilleros genera problemas de movilidad y seguridad. Al ocupar parte de la vía pública, se dificulta el tránsito normal de vehículos y peatones, lo cual puede dar lugar a situaciones de peligro y congestionamiento.
Es evidente que se requiere una acción firme por parte de las autoridades para abordar esta problemática de manera integral. Sería necesario implementar medidas efectivas para la reubicación y regulación de las ladrilleras. Esto implica identificar cuántas de ellas aún permanecen en funcionamiento y si se trata de nuevos actores en el sector.
Asimismo, se deben establecer políticas ambientales más estrictas que controlen y reduzcan la contaminación generada por la quema de ladrillos. Esto podría incluir la promoción de tecnologías más limpias y sostenibles en el proceso de fabricación.
Adicionalmente, es imprescindible que se tomen acciones para garantizar la libre circulación en las calles y evitar la invasión del espacio público. Esto podría implicar la delimitación de áreas de producción adecuadas y la creación de normativas claras sobre el uso del suelo y la ocupación de la vía pública.