En un hogar de condiciones precarias, Lidia Hernández, su esposo, su hijo, su nuera y su nieto de solo cuatro meses luchan por sobrevivir. Las necesidades básicas son una constante, pero lo más urgente para Lidia es poder darle de comer y cuidar a su nieto. El padre del bebé no tiene trabajo fijo y está atrapado en la drogadicción, lo que hace casi imposible que contribuya al hogar. Lidia se enfrenta a una realidad cruel: cada día es una batalla para conseguir dinero para pañales y leche que necesita el pequeño.
Pero el sufrimiento no termina ahí. La casa, donde viven apretados y sin recursos, está en condiciones alarmantes. El techo del baño se está cayendo, y el deterioro es evidente en cada rincón. Las paredes no ofrecen la protección que deberían. La familia Hernández, antes residente del poblado Villa Montemorelos, se vio obligada a mudarse a la ciudad por motivos personales, solo para encontrarse ahora viviendo en una de las colonias más empobrecidas y olvidadas, la colonia Clara Córdova.
El esposo de Lidia, que en su momento fue el sustento de la familia, sufrió un accidente laboral que lo dejó incapacitado. Ahora depende de una pensión mínima y de lo que su hijo puede generar en trabajos esporádicos. Pero no es suficiente. La pobreza y la desesperación los ahogan.
Hoy, esta familia pide ayuda urgente. No solo luchan contra la pobreza extrema, sino también contra un sistema que los ha dejado atrás. Necesitan apoyo para mejorar su hogar, alimentarse y, sobre todo, para darle a su nieto un futuro más digno. Quienes deseen ayudar pueden comunicarse con Lidia al 6182204818, cualquier ayuda es bienvenida.